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Imaginando el futuro – Conclusión

Tras lo visto en las entradas anteriores de “Imaginando el futuro”, partimos de una situación complicada por la crisis en la que nos encontramos, en plena fase de cambio hacia un nuevo sistema económico y social derivado de lo que se ha denominado la Cuarta Revolución Industrial, que a su vez ha sido generada por el fuerte impacto del uso intensivo de la tecnología en los modos de producción.

Ante ello, se dibuja un panorama de futuro que parece traer consigo como factores principales:

  • Gran concentración del poder y del dinero.
  • Cambio continuo en los modos de producción, derivado de la aplicación de la tecnología.
  • Cambios en el mercado laboral: Cada vez menor necesidad de personas que trabajen.
  • Necesidad de revisar los criterios sobre asignación de la riqueza y redistribución.
  • Cambios en los mercados de bienes y servicios, y en la forma de realizarse el consumo.
  • Cambios en la relación con el medio ambiente.

 

Vale, ¿y ahora qué?

Algo importante a tener en cuenta, como ya he indicado en alguna de mis entradas, es que en esto de la economía y la sociedad las “vueltas atrás” no existen. Por mucho que nos “recuperemos” no volveremos a situaciones pasadas, y menos si pensamos en la creciente implicación de la tecnología en nuestras vidas.

 

Hasta ahora, la competitividad y la individualidad son la base en la que opera el sistema actual, cuyo objetivo es crecer y crecer. Pero esto supone que los recursos de todo tipo (naturales, financieros, etc.) que cada individuo (persona o empresa) pone en juego en su actividad se pierden si no es el que resulta ganador en esa competencia.

Por ello, y teniendo en cuenta nuestro medio ambiente da muchos signos de escasez de recursos naturales, y que el sistema financiero está sobrefinanciando la actividad real, el nuevo sistema económico-social deberá atender más a la sociedad en su conjunto, no permitiendo que se desperdicie ningún recurso.

Esto supone un cambio “mental” importante ya que pondrá la colaboración y coordinación de una persona con las demás, dentro de cada grupo social y en la globalidad, por delante de su propia actividad individual “en solitario”. Cambio al que puede ayudar mucho la tecnología, facilitando esa colaboración.

 

Quizás vayamos a un modelo en el que en lugar de tener que gestionar el crecimiento a toda costa, tengamos que gestionar la escasez de los recursos, buscando la eficiencia en su utilización. Pero esto habrá de hacerse con un enfoque lo más global posible, porque los recursos naturales son globales, no de un solo país, o de una corporación empresarial.

En ese sentido, es necesario cambiar los parámetros y criterios en los que se ha movido el fenómeno de la globalización actual, y tener una regulación global sobre cómo debe ser la actuación financiera en la actividad económica, para evitar las “burbujas”.

Desde luego, a nadie se le escapa que cuanto más global es un asunto, más difícil es que los partícipes se pongan de acuerdo, pero si el objetivo está claro y es compartido (subsistir y vivir en este planeta durante muchos años), seguro que se encuentran los mecanismos para llevarlo adelante.

Y como no, algo que también debe cambiar es la concepción y retribución del ahora llamado “factor trabajo”, que podría pasar a ser algún tipo de reparto de proporciones de empleo/renta según la actividad. Complicado sí, pero posible y más bien, necesario.

 

Como ya hemos visto, se están produciendo, y se producirán, grandes avances tecnológicos que implicaran un salto en la productividad y que pueden permitir la menor afectación del medio ambiente, aunque no hay que perder de vista, como contrapeso, que el crecimiento demográfico que requerirá cada vez más.

Yo diría que para enfocar el futuro tal y como lo he expresado arriba, en las decisiones que se tomen deberían pesar más los países (sus Gobiernos) que las corporaciones empresariales, ya que tienen objetivos distintos, y debería darse entrada y mayor peso a la Ciencia. Estoy convencido de que debería ser así, pensando en que los Gobiernos respondan a sus ciudadanos (aunque a medida que lo voy escribiendo se me hace difícil de imaginar cómo llegar a ello desde una situación como la actual, donde las “puertas giratorias” y los “lobbies” están a la orden del día).

 

Por otro lado, vemos que desde hace ya algunos años se vienen desarrollando otras formas y corrientes de pensamiento cuyo objetivo es enfocar la economía de una manera más social. Se habla de economía sostenible, de economía solidaria, etc. Solo como un ejemplo, citar el Foro Global de la Economía Social que se reunión en Septiembre de 2016 en Montréal (GSEF2016) y que se centró en la colaboración entre gobiernos locales y organizaciones de la economía social y solidaria (ESS) para el desarrollo de las ciudades. En este proceso está el camino para seguir investigando, analizando, y poniendo en práctica nuevos modelos de sociedad, nuevas alternativas económicas, etc.

 

Final

En esta serie de entradas he tratado de dar una visión sobre cómo estamos y por donde podemos ir de aquí en adelante pero, como siempre digo, cada uno tiene su visión de las cosas.

Para hablar de los distintos temas he tenido que utilizar diferentes terminologías, muy específicas a veces, aunque he intentado que el “relato” fuese lo más natural posible.

Espero que les haya resultado interesante.

 

Conclusión: necesitamos seguir imaginando el futuro cada día, para hacerlo posible.

 

Saludos,


NOTA: Para que les sea más fácil acceder a todas las entradas de esta serie, a continuación les dejo los enlaces:


(Imagen de cabecera: Pixabay)

12 comentarios

  1. Después de este maratón de posts que te has marcado, muy interesantes (pues no en vano suponen una aguda disección de la actualidad y el probable devenir inmediato), y con cuyo contenido, grosso modo, estoy de acuerdo, me permito parafrasear a Yuval Noah Harari en «Sapiens»: Estamos con un pie en el umbral del paraíso, pero el otro está en la antesala del infierno.
    Y digo yo: de la humanidad depende hacer frente a los numerosos problemas de ámbito global (que nunca antes en nuestra breve historia de unos pocos milenios habían sido tantos ni tan amenazadores) y encontrarles solución para conformar una nueva sociedad más justa, decente y evolucionada.

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  2. Me encanta esa frase final, Fancisco! Además, creo que es la clave. Así como «renovarse o morir». Como docente, sé muy bien la importancia de aprender cada día y seguir formándome… El futuro lo estamos creando ahora!
    Un abrazo y buen fin de semana! 😊

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