Como es habitual, cada año Transparencia Internacional publica su «Índice de Percepción de la Corrupción» (IPC) del año anterior. Ya en 2020 les hablé sobre ello en «¿Cómo andamos de corrupción?» y también, sobre la corrupción, en «CCAA-4 – Corrupción«, donde integraba otras fuentes de datos e información, que les invito a ver si están interesados en obtener mayor detalle.
Para enfocar correctamente los resultados de este índice, les comento que combina datos de distintas fuentes (13 fuentes de datos distintas de 12 instituciones independientes) que recogen las percepciones de los empresarios y especialistas de 180 países sobre los niveles de corrupción en el sector público en todo el mundo, para lo que se miden los siguientes aspectos:
- Soborno.
- Desvío de fondos públicos (malversación).
- Preponderancia de funcionarios públicos que utilizan la función pública para el provecho personal.
- Funcionamiento de las instituciones públicas para prevenir la corrupción y hacer cumplir las normas.
- Existencia de exceso de burocratización que permita incrementar las oportunidades de corrupción.
- Formas de acceso a la función pública y existencia de nepotismo.
- Enjuiciamiento efectivo de funcionarios.
- Protección legal de denunciantes, periodistas e investigadores.
- Captura del Estado por intereses privados.
- Acceso de la sociedad civil a la información sobre asuntos públicos.
El índice tiene una escala de 0 a 100, de forma que 0 se corresponde con países considerados muy corruptos y 100 con los que se consideran «muy limpios».
Según este informe, la corrupción se encuentra estancada en todo el mundo, de forma que 131 países no han tenido ningún avance en los últimos 10 años y, en 2021, 27 países se encuentran en el nivel más bajo de su historia.
Puede verse la relación entre la corrupción y la conculcación de derechos humanos: Como ejemplo, de los 23 países cuya puntuación ha caído significativamente desde 2012, 19 también han perdido puntos en cuestión de libertades civiles. Además, de los 331 casos registrados de asesinatos de defensores de los derechos humanos en 2020, el 98% se produjeron en países con calificaciones por debajo de 45.
Vean un gráfico de los valores medios por regiones geográficas:

A nivel global, la puntuación media es de 43 sobre 100 (por décimo año consecutivo) y dos terceras partes de los países no llegan a 50.
En cuanto a España: «… no progresa en la lucha contra la corrupción y baja un punto y dos puestos en el ranking del Índice de Percepción de la Corrupción 2021«. Por otro lado, España (con una puntuación de 61/100) se encuentra a nivel europeo en el puesto 14 de 27, habiendo bajado también dos puestos con respecto a 2020.
Según la metodología del IPC, una diferencia de un punto en un año, como el que ha bajado España en 2021, no es estadísticamente significativa. Sin embargo, sí que refleja que sigue latente en España un nivel de corrupción que incide en el buen funcionamiento de las instituciones democráticas, y que requiere una llamada a la acción a las autoridades públicas, al sector privado y a la sociedad civil.
A nivel europeo, España ha sido adelantada por dos países con los que siempre ha mantenido unos niveles similares: Lituania y Portugal.
Para mayor detalle por países, tanto de su puntuación como de aspectos clave, pueden descargar el IPC 2021 completo (en castellano). Vean la relación de países, quizás se lleven sorpresas.
En España están al día las noticias de «presunta» corrupción relacionada con administraciones y gobiernos de diferentes niveles.
¿Cómo perciben la corrupción en su país? ¿hay voluntad política de resolverla? ¿hay medios suficientes? ¿la justicia es efectiva y rápida?
¡Saludos!
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En nuestro país ya vemos que la desinformación y los bulos no penalizados debidamente, el daño hecho ahí queda prevaleciendo el entredicho falso sobre lo que es la realidad. Ha habido últimamente varios casos, mucha prensa para derrocar, pero luego solo una nota cuando sale la sentencia exculpatoria.
Siento el rollo, pero tu artículo me ha venido al pelo. Saludos
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Nada de rollo, y te agradezco tu comentario. Creo que los bulos deberían estar más penalizados «socialmente», en paralelo al posible tema jurídico, pero continuamente vemos «lo que más vende» y más ruido hace, incluso bulos, porque llega a más gente y eso son millones de euros en publicidad. Mientras que sea esto lo que marque lo que se publica, no iremos bien. Saludos!
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Yo creo que en España los ciudadanos percibimos la corrupción con el rechazo necesario, pero una clase política que evita señalarla para ocultar la propia, unos periodistas y medios a quienes interesa que sus pagadores saquen tajada de la corrupción para poder seguir ellos incrementando sus cuentas, un sistema que eterniza los casos hasta provocar su prescripción y una judicatura encargada de esos casos en la que prima más el interés político que la ecuanimidad de sus sentencias, hace que el caldo de cultivo de este cáncer sea extremadamente benévolo para su supervivencia. Es algo deprimente, lo sé, y ojalá cambie para bien.
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Como diria aquel, se han unido todos los astros en contra, pero tiene que haber otras formas de hacer en la política, la justicia, la economía, el tejido empresarial, la sociedad… de hecho las hay, o esa sensación tengo yo cuando veo que en otros paises se funciona de otra forma, y que aquí hay voces «autorizadas» en todos los ámbitos que lo ponen de manifiesto.
Como dices, ojalá cambien para bien, y añado, y que sea cuanto antes. Gracias por comentar, Pedro. Saludos.
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