Si en estos días de atribulaciones no saben que elegir, ni si orar a Dios o al diablo, aquí les dejo un divertido relato de Sebastian Felgueras, publicado en su blog «La calle del fondo», que quizás les ayude… a sonreír.
¡Saludos!

La última vez que miré el reloj decía 3:13 de la madrugada. No pasó mucho tiempo, pero, de pronto, caminaba por una plaza. A un lado, una imponente catedral, al otro, una construcción de estilo colonial abarcando toda la cuadra. La inercia de mis pasos me llevaron hasta su puerta, ubicada a mitad de esa larga cuadra. Doble hoja, con herrajes dorados, banderola en semicírculo con una leyenda esmerilada sobre el vidrio donde se leía “Al Diablo con Dios”-Bar-.
A modo de portero, de moño, camisa blanca y pantalón oscuro, un simpático señor, petizo y pelado, de piel morena, me dio la bienvenida, invitándome a pasar.
– Provocativo el nombre del lugar, más estando frente a semejante catedral.
– ¿Por qué lo dice señor?, en la mesa del fondo, allí mire, encontrará al Diablo, con Dios. Lo esperan.
– ¿A mí? ¿Por qué tema?
– No sabría decirle señor, adelante.
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Ya he leído este ralato, y no sé por qué no se fijan mis likes… 💜🖤❤️
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No sé porque pueda ser, a veces me ha pasado lo mismo en otros blogs, y alguna era porque no estaba entrando con las credenciales de mi blog, sino como anónimo.
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