Teléfonos

Obsolescencia programada

Cada cierto tiempo aparece este asunto en los medios.

Recuerdo un programa documental de TVE en el que participaban varios investigadores y también personas que sufrían la obsolescencia de sus aparatos, ofreciendo una visión histórica de este tema en la que se reflejaban los efectos sobre el medio ambiente.

El Documental se titulaba “Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programada” y pueden acceder al vídeo pulsando el enlace. Dura un poco más de una hora pero si este tema les interesa, merece la pena verlo.

Si pensamos en los móviles, o smartphones, en 2016 tenían aproximadamente una vida media en Europa de entre 20 y 23 meses según países, es decir, todos se renuevan en el segundo año de vida.

Vean una selección de países:
duración smartphone

Por otro lado, también cabe preguntarse cuál es la reparabilidad que tienen estos móviles, ya que puede estar en el origen de este reemplazo tan rápido. Cuantas veces nos han dicho que determinado aparato “cuesta más arreglarlo que comprar otro nuevo”. Desde luego, parece raro que en una sociedad del siglo XXI, con altas cotas de tecnología y con inmensos avances en técnicas de fabricación, ingeniería, mantenimiento, etc. no sea fácil y barato poder reparar estos y otros aparatos. Podemos ver este cuadro donde las grandes marcas de PCs, tablets y smartphones no sale muy bien paradas:

reparar dispositivos

Y si ampliamos un poco el alcance y miramos algunos de los aparatos electrónicos con los que convivimos habitualmente, vemos los siguientes plazos de duración:

duración dispositivos

Más infografías en Statista

Ya no se trata solo de cuestiones mecánicas o de ingeniería, sino que la parte tecnológica de los aparatos ha ido alcanzando un alto grado de sofisticación, y por tanto, la obsolescencia no depende ya únicamente de la calidad de los materiales utilizados en su fabricación, de la calidad y fiabilidad de su diseño, o de los regímenes y condiciones de uso de los aparatos, aspectos cuyo control no puede ser muy preciso, sino que ahora es posible su programación informática de forma sencilla y sobre todo casi exacta en cuanto a la duración del aparato. En este sentido, no pocas personas se preguntan si algunos fabricantes podrían manipular deliberadamente los dispositivos para que estos solo sobrevivan un determinado número de años.

Cada vez hay más voces discordantes y ya están llegando a las Instituciones públicas en Europa, por ejemplo, en Enero la Fiscalía francesa abrió una investigación preliminar al respecto contra Apple a cuenta de sus iPhones, y también a la firma estadounidense Epson, imputándose delitos de “fraude” y “ralentización programada”. Por otro lado, en 2017 el Parlamento Europeo solicitó a la Comisión Europea trabajar para conseguir que los fabricantes mejoren la duración y reparabilidad de los dispositivos que fabrican.

En España este tipo de delitos son perseguibles, están tipificados en el Código Penal español como delitos contra los consumidores y sabotaje informático, y además en Marzo de 2017, la Comisión para el Estudio del Cambio Climático del Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad una proposición no de ley que instaba al Gobierno a poner en marcha acciones contra la obsolescencia programada, y medidas de apoyo económico a las empresas para la reparación, reutilización y reciclaje de residuos. Aunque en esto tampoco estamos a la cabeza de Europa, que se le va a hacer.

Según expertos investigadores, los productos no fallan al cabo de un tiempo porque estén estropeados, sino porque han sido diseñados para fallar pasado ese tiempo, lo que conduce a aumentar su venta y su consumo. Y a esta reducción intencionada de la vida de un producto se le llama obsolescencia programada. Lo verdaderamente difícil es llegar a poder probarlo.

Sobre este asunto de la obsolescencia programada pueden leer las interesantes reflexiones que se realizan en este artículo del El País-Tecnología, que ponen el contrapunto a la fiebre consumidora que parece dominar a esta sociedad.

Espero que les haya resultado interesante.

Saludos,

(Imagen de cabecera: Internet)

#Obsolescencia-programada

26 comentarios

  1. No es exactamente lo que comentas, pero yo trabajé muchos años en una empresa de pequeño aparato electrodoméstico. Calculábamos (por lo alto) el uso que se le podía dar en dos años y les hacíamos pruebas de vida para comprobar que aguantaran ese tiempo, por el tema de la garantía.
    En cuanto a las devoluciones, siempre se intentaba repararlos, en este caso los más simples eran los que no merecía la pena, y era más fácil reemplazarlos.

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  2. Me encantó tu entrada. Todo está programado para hacernos creer que debemos cambiar las cosas, pero en eso también colaboran las empresas que asi pueden seguir vendiendonos los mismos artículos «mejorados» al poco tiempo, y asi sigue el interminable ciclo del consumismo. Somos unos despilfarradores, y la sociedad nos mira mal si no l osomos, porque debemos ir a la última. Un abrazo¡¡

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  3. Muchas gracias Francisco, es posible que se haya generalizado esa táctica para incrementar las ventas, pero es labor de los supervisores del mercado medir, calcular el impacto que provocan y sobre todo difundir los resultados, la fiabilidad de cada producto y la huella medioambiental que deja la fabricación, vida útil y el proceso de destrucción y recuperación. Desde la vivienda al envase de pasta de dientes, pasando por el automóvil y la electrónica para contestar a la pregunta fundamental. ¿Conservar o reciclar? Un abrazo.

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  4. La verdad que últimamente se les ha ido la mano. Recuerdo cuando antes se tiraban las cosas por aburrimiento (estábamos hartos de ver el mismo electrodoméstico en casa) y no porque se estropea.

    Como he leído en comentarios depende del producto aún hay otras filosofías, pero en la telefonía es un análisis real de la situación.

    Saludos y muy buen artículo 😉

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