Las Tablas de Daimiel (1)

Hola de nuevo, hoy les quiero contar que este pasado fin de semana he aprovechado, junto a mi familia, para visitar este hermoso paraje de nuestra geografía.

 

Empezamos en la localidad de Daimiel, donde en la Oficina de Turismo nos informaron de lo que podía y debía visitarse, e inmediatamente nos acercamos al Museo Comarcal de Daimiel, donde pudimos ver cómo ha sido la vida en Daimiel y su entorno desde las primeras civilizaciones hasta el presente y adentrarnos en su historia, sus ideas y creencias, sus avances técnicos, su territorio, su arquitectura, etc.

Según nos indicaron en la Oficina De Turismo, la Motilla del Azuer es un yacimiento arqueológico acumula más de 4.000 años de historia y es el mejor ejemplo de la prehistoria manchega, donde se ha descubierto el pozo más antiguo de la Península Ibérica. Pero no pudimos visitarlo ya que hay que reservar la visita con anterioridad.

Después, y ante la imposibilidad de esa visita, dimos un paseo por Daimiel, donde vimos la Iglesia de Santa Maria la Mayor, la de San Pedro, la Plaza de España con su olivo milenario, y finalmente el Centro de Interpretación del Agua.

Además de estos monumentos, también nos interesamos por otros no menos agradables, como son el vino, el queso y los dulces de la zona. A cual más rico.

Más tarde visitamos el Centro de Interpretación del Agua, que muestra una visión inicial de lo que nos podemos encontrar en las Tablas (fauna, flora, etc.) y ofrece algunos datos, algo antiguos, sobre el Acuífero 23, que es uno de los mayores de España y una de las piezas clave del sistema hidrológico de la Cuenca Alta del Guadiana, abarcando una superficie de 5.500 km2 con una profundidad de 70 m y sobre él se asientan más de 30 municipios de las provincias de Ciudad Real, Albacete y Cuenca.

Después de este paseo, nos dirigimos a las Tablas de Daimiel (Parque Nacional), no sin antes pasar por el Molino de Molemocho, que está prácticamente a la entrada y es el Centro de Visitantes, donde ademas de ver cómo era y funcionaba un molino, podemos obtener información y recomendaciones sobre itinerarios, estado hídrico, estado de la fauna y la flora en el día de la visita, etc.

Ya en el parque, vimos los tres circuitos que existen para recorrerlo: la Isla del Pan (circular), la Torre de Prado Ancho, y la Laguna Permanente. Nos recomendaron los dos primeros ya que, como era al atardecer, desde el último no se tenía visibilidad debido al Sol.

Aunque la vegetación no estaba precisamente en su esplendor debido a la época del año, la verdad es que contemplar las Tablas es algo único, y verlas desde las cabañas (miradores) que están preparadas para ello es una sensación inolvidable. Me pregunto cómo será verlo todo verde y con más agua.

La tranquilidad reinante en el circuito de la Torre de Prado ancho, y los sonidos y los olores que brotan de estos humedales, junto con la puesta de Sol, son para repetir visita.

 

Una nota sobre la tranquilidad: el circuito de la Isla del Pan es al que se dirige más gente, es muy bonito, pero no siempre las personas tienen conciencia de donde se encuentran, y a pesar de que hay algunos carteles pidiendo silencio, en esta ocasión era frecuente escuchar, en algunos grupos, los gritos y el bullicio propios de un centro comercial.

 

Si no conocen estos lugares, y les gusta la naturaleza, vayan planificando una visita.

Si desean más información sobre Daimiel y sus Tablas, pueden visitar la página oficial de la localidad pulsando aquí, o las del Parque Nacional de las Tablas pulsando aquí.

 

En una próxima entrada, les mostraré algunos datos muy interesantes sobre la evolución del agua en esta zona, y los planes para su recuperación, en base a la información obtenida en el Centro de Interpretación del Agua, y en otras fuentes.

No se la pierdan ¡¡

Saludos,